Artigas

Estamos en el norte, hoy de mañana salimos de Tacuarembó, visitamos la escuela 25 del Sauzal de Tranqueras.
Cruzamos el Lunarejo, pasamos por Masoller y trepamos la subida de Pena.
Llegamos a Artigas y el miércoles visitaremos la primer escuela… La 37.
¡Que alegría!
La hermosa fotografía de la sirepa la tomó nuestra querida amiga Daniela Castro.

Y nos instalamos en un hotelito sencillo, muy limpio y con un fondo memorable. Primera vez en Artigas. No hay amigos ni compañeros de teatro. Hotel.


Miércoles 13, nuestra primera función doble para los dos turnos de la Escuela 37, Barón de Río Branco. Un patio enorme con escenario y malla sombra para que los niños no se calcinen con este sol norteño, Yoyó y la Sirepa a todo sol. La dificultad nuevamente son las filmaciones de la obra, lo solucionamos narrando lo que debería verse y dejando de regalo a la escuela los videos para que los niños los vean con sus maestras. Muchos niños cada función, micrófonos y el parlante grande de la escuela. Mucha emoción de los niños que en grupos se sacaron fotos arriba del escenario. Un almuerzo muy rico y lleno de ensaladas. Afecto. Mañana nos espera el mismo panorama en otra escuela muy grande de la ciudad. Tenemos fotos gracias a Martín Suárez, nuestro articulador del MEC, que al fin conocimos. Gracias Martín por todo lo que hiciste por nosotros. Ya tenemos un amigo, así se zurce la patria.

El jueves 14 despertamos temprano para ir a armar en la Escuela 1 de Artigas, vimos un enorme patio y pensamos que ibamos a tener que encarar otra vez un montón de niños al rayo del sol como el día anterior…
Grata sorpresa cuando Serrana, la secretaria, nos llevó a un espacio en un nivel por debajo del piso de entrada de la escuela, con dos condiciones que nos alegraron mucho: fresco y oscuro…
En la parte vieja de la escuela, una sala pensada para los climas cálidos, un multiuso conformado por dos habitaciones con una puerta plegable al medio que al abrirla convirtió el espacio en una sala grande.
Además actuaríamos para los segundos y terceros años, que con bullicio y expectativas llenaron el salón y al ratito que empezó la función ya estaban atrapados por el Cuento de la Sirepa.
Lo hicimos como en Tatuteatro, con las luces, la proyección, los micrófonos y con charla al final, es decir con muchas preguntas de los niños acerca de nosotros y el lugar donde vivimos.
Al finalizar confirmamos que la función en la tarde no se iba a realizar, a pesar del entusiasmo de la secretaria, la directora consideró que las actividades de la escuela no permitían llevar a cabo otra función.
Almorzamos y fuimos a descansar, ¡que alivio! El calor ya estaba dándonos dolor de cabeza.
Paseamos un poco por Artigas y cruzamos a Quaraí, para dar una vuelta…

El viernes 15 fue la fiesta.
Temprano nos levantamos para ir a Pintadito, un pueblo muy cercano a Artigas donde la directora Lourdes nos recibió con los brazos abiertos.
Lleva 24 años dirigiendo la escuela de contexto crítico, este año será el último antes de jubilarse.
Nos tenían preparado un salón, el más grande de la escuela, y nos preguntó si estábamos dispuestos a hacer tres funciones pues ella no quería dejar ningún niño fuera y son 350 niños desde preescolar a sexto año.
Y estaba tan contenta que los niños vieran teatro, con escenografía, luces y video ¡En la escuela!
Lo hicimos, no sé como, terminaba una función y diez minutos después, luego de volver las cosas a su lugar empezaba la otra, una maratón.
De noche, en Salto, viendo el partido de Uruguay Colombia, nos sentimos como la delantera de la celeste, no se imaginan el calor que hacía en Artigas.
Almorzamos muy rico, ensaladas y pollo, rico como en todas las escuelas donde las asistentes le ponen todo el amor al servicio que hacen a los niños.
Fue un regalo la complicidad entre la directora y las maestras y la gratitud por llevarles una obra que trataba de los mismos temas que están desarrollando.
¡Y los niños! Nos pedían que lo hiciéramos un vez más y que volviéramos el lunes.
De allí nos fuimos a Salto donde el domingo tendremos una función en el Espacio Cultural Eduardo Piñeyro. Las termas en verano son un placer relativo… es grande el calor del aire y el del agua también, pero nos dejó como nuevos luego de tanto esfuerzo físico.

Deja un comentario